viernes, 8 de noviembre de 2013


PRABHUPADA NÉCTAR

SRILA PRABHUPADA ÉSTA AQUÍ

 

De Nandanandana Das (ACBSP)
 
 

Junio 1º, 1976, Srila Prabhupada llegó de Hawái al templo de Los Ángeles. Él estaba acompañado por su sirviente Hari Sauri dasa, quien escribió en su Diario Trascendental Vol. 2:

“Mientras el avión se deslizaba en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el piloto hizo un anuncio especial. Él informó que debido a que la sala de llegadas se encontraba especialmente demasiado atestada, que aquellos que no esperaban que nadie los recibiera podían salir por una vía especialmente designada para evitar la conglomeración. Lo que no mencionó fue que la sala estaba abarrotada de cientos de devotos ansiosos de ver a Srila Prabhupada.  Ellos habían venido de toda la Costa Oeste y de más allá.

El vuelo a la Costa Oeste había tomado cuatro y media horas. Así que con el ajuste de los horarios, eran las 9 P.M. cuando llegamos a Los Ángeles.

Tamal Krishna, Hridayananda, Trivikrama y Ramesvara Swamis y Jagadisha Prabhu recibieron a Srila Prabhupada, cada uno llevando una opulenta guirnalda de flores de varios tamaños, incluyendo una que le llegaba a los pies. Al tiempo que le ponían las guirnaldas en su cuello, los devotos, debido al afecto espontaneo, irrumpieron en éxtasis puro al verlo. El largo pasillo del aeropuerto fue tumultuoso con los devotos cantando y bailando con desinhibición sublime, atropellándose entre ellos tratando de ver al devoto puro del Señor Supremo. En la medida que avanzaba en las bandas móviles del pasillo, Srila Prabhupada parecía como una luna llena cruzando el firmamento rodeada por un séquito de estrellas brillantes, todos reunidos para rendirle homenaje a su amo y maestro. En reciprocación, él levantó su mano en alto en el aire, sonriendo ampliamente, sus dientes brillando ante la luz. Los devotos se desbordaron de júbilo. Las paredes se retumbaban con el bum de los tambores y el choque de los kartalos, y la vibración sonora trascendental de los santos nombres convirtieron a los aditamentos ordinarios del aeropuerto y sus alrededores en Vaikuntha. Fue la recepción más  grande que LAX, el aeropuerto de Los Ángeles, haya visto jamás, y Srila Prabhupada muy humildemente aceptó la tremenda glorificación con las palmas de las manos juntas y exclamaciones de   “Hare Krishna” y “¡Jaya!”.

 

Las visitas de Srila Prabhupada a Nueva Dwaraka eran tremendamente extáticas, mucho muy festivas, eran apoteósicas.

Llegaban devotos de todas partes a Nueva Dwaraka justo para recibir a Srila Prabhupada y poder mirarlo y escuchar sus conferencias. Era semejante a las descripciones de El Srimad-Bhagavatam del Señor Krishna entrando a Dwaraka. Parecía como si miles de semidioses se hubieran reunido cantando y bailando jubilosamente tan sólo para recibir a Srila Prabhupada y esparcir pétalos de flores a su paso y sobre su persona, y glorificarlo.

Definitivamente sentíamos que Nueva Dwaraka era el hogar de Srila Prabhupada. Sentíamos los sentimientos que se describen en El Srimad-Bhagavatam (1.11.8-10) como nuestros.  

¡Oh!, es nuestra buena suerte que hoy estemos de nuevo bajo Tu protección con Tu presencia, pues Vuestra Señoría rara vez visita ni siquiera a los ciudadanos del cielo. Ahora nos es posible mirar Tu cara sonriente, que está llena de miradas afectuosas. Ahora podemos ver Tu forma trascendental, llena de todo lo auspicioso.

¡Oh, Señor de los ojos de loto!, cuando quiera que te vas a Mathura, Vrindavana o Hastinapura a reunirte con Tus amigos y parientes, cada instante de Tu ausencia parecer ser un millón de años. ¡Oh, Tú, el infalible!, en esos momentos nuestros ojos se vuelven inútiles, como si estuvieran privados del Sol.

¡Oh, amo!, si vives todo el tiempo en el exterior, no podremos entonces mirar Tu atractiva cara, cuyas sonrisas vencen todos nuestros sufrimientos. ¿Cómo podremos existir sin Tu presencia?

Al oír sus palabras, el Señor, quien es muy bondadoso con los ciudadanos y los devotos, entró en la ciudad de Dwaraka, y agradeció todos sus saludos lanzándoles Su trascendental mirada.

Por supuesto que las ausencias de Srila Prabhupada de Nueva Dwaraka eran para ir a otros confines del mundo a predicar, a inspirar a los devotos y a dirigirlos personalmente. Pero por nuestra parte siempre existía el sentimiento y deseo personal y egoísta, un anhelo, de obtener su darshan, audiencia, obtener una de sus miradas, escuchar sus palabras y tener la oportunidad de poder prestarle algún servicio personal. Seguramente otros devotos, en otros lugares del mundo tenían los mismos sentimientos.

De cualquier manera, simplemente quiero compartir este letrero que refleja el humor que imperaba cuando Srila Prabhupada estaba presente ahí.

Este letrero fue colocado en junio de 1976 en los cuartos de pujaris de Nueva Dwaraka, los cuales se encuentran justo debajo de las habitaciones de Srila Prabhupada. En ese entonces Srila Prabhupada quería concentrarse en la traducción de sus libros y no tanto en la administración.

“(…) Pero ahora tengo que recordarles que tengo que completar la traducción de El Srimad-Bhagavatam. Es la más grande contribución; nuestros libros nos han dado una posición respetable. La gente no tiene fe en la adoración en las iglesias o en los templos. Esos días se han ido. Por supuesto que tenemos que mantener los templos, ya que es necesario conservar nuestra buena conciencia. Simplemente intelectualismo no funcionará, tiene que haber purificación práctica.

Así que les pido que releven de las responsabilidades de la administración cada vez más, a fin de que yo pueda completar la traducción de El Srimad-Bhagavatam. Si siempre tengo que estar administrando, entonces no puedo hacer mi trabajo con los libros. Es documento, tengo que escoger cada palabra de una manera muy sobria y si tengo que pensar en la administración entonces no puedo hacer esto. No puedo ser como esos pícaros que presentan alguna elucubración mental para engañar al público”.- Carta de Srila Prabhupada a los Secretarios del GBC, Honolulu, a 19 de mayo, 1976.




Navadwip dasa era el jefe de pujaris en ese entonces y posible que él haya puesto el letrero.

EL LETRERO DICE:

SRILA PRABHUPADA ESTÁ AQUÍ POR LO TANTO: POR FAVOR NO HABLAR SUSURRAR SÓLO SI ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO. NO AZOTAR PUERTAS. ¡CAMINA SILENCIOSAMENTE! PRABHUPADA NESECITA SILENCIO PARA TRABAJAR – ¡JAYA GURUDEVA!

 

 

 

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