Celebración
Janmāșṭamī es un ayuno hasta después de la
media noche cuando se celebra el ārati del nacimiento del Señor. Durante el día
los devotos cocinan y hacen ofrendas de las preparaciones, en el último ārati
es la ofrenda mayor, se trata de ofrecer unas 108 preparaciones. En la noche
cuando se reúnen los devotos hay lectura de los capítulos que narran Su
aparición de Śrī Kṛṣṇa del libro Kṛṣṇa: la
Suprema Personalidad de Dios.
3 / El nacimiento del
Señor Kṛṣṇa
“Tal como se afirma en El Bhagavad-gītā, el
Señor dice que Su aparición, nacimiento y actividades con todos
trascendentales, y que quien los comprende realmente, de inmediato se vuelve
merecedor de ser transferido al mundo espiritual. La aparición o nacimiento del
Señor no es como el nacimiento de un hombre ordinario, que se ve forzado a
aceptar un cuerpo material acorde con sus acciones pasadas. La aparición del
Señor se explica en el Segundo Capítulo: el Señor aparece conforme lo desee.
Cuando llegó el momento de la aparición del Señor, las constelaciones se
volvieron muy auspiciosas. Además de la situación apropiada de las estrellas,
también era resaltante la influencia astrológica de la estrella conocida como
Rohiṇī, porque a esta estrella se le considera muy propicia. Rohiṇī se
encuentra bajo la supervisión directa de Brahmā. De acuerdo con la conclusión
astrológica, hay momentos propicios y momentos desfavorables, debido a las
distintas situaciones de los diferentes sistemas planetarios. Cuando Kṛṣṇa
nació, los sistemas planetarios se ajustaron automáticamente, de manera que
todo fuera auspicioso.
En aquél tiempo había una atmósfera de paz y
prosperidad en todas partes y en todas las direcciones: Este, Oeste, Sur y
Norte. Había estrellas propicias visibles en el cielo; y en la Tierra, en todos
los pueblos y aldeas y en los pastizales, y dentro de las mentes de todos los
hombres, había signos de buena fortuna. Los ríos fluían rebosantes y los lagos
estaban bellamente decorados con flores de loto. Los bosques abundaban en aves
preciosas y pavos reales. Todos los pájaros de los bosques comenzaron a cantar
dulcemente, y los pavos reales comenzaron a bailar en compañía de sus
consortes. El viento soplaba muy agradablemente llevando el aroma de diferentes
flores, y la sensación del tacto era muy placentera. Los brāhmaṇas, acostumbrados
a ofrecer sacrificios en el fuego, descubrieron que sus hogares eran lugares
muy placenteros para realizar las ofrendas. Debido a los disturbios creados por
los reyes demoníacos, el altar del fuego para los sacrificios había sido casi
suprimido en las casas de los brāhmaṇas, pero ahora ellos podían encontrar la
oportunidad de volver a encender el fuego pacíficamente. Como estaba prohibido
ofrecer sacrificios, los brāhmaṇas se encontraban muy afligidos en sus
actividades, mente e inteligencia, pero justo en el momento de la aparición de Kṛṣṇa,
automáticamente sus mentes de inundaron de alegría porque en el cielo
se oían fuertes vibraciones de sonidos trascendentales
que anunciaban la aparición de la Suprema Personalidad de Dios.
Los habitantes de los planetas Gandharva y
Kinnara comenzaron a cantar, y los habitantes de Siddhaloka y de los planetas
de los cāraṇas ofrecieron oraciones para servicio de la Personalidad de Dios.
En los planetas celestiales, los ángeles y sus esposas, acompañados por los
vidyādharas, se pusieron a bailar.
Complacidos, los grandes sabios y los
semidioses enviaron lluvias de flores. En las playas se oía el suave ir y venir
de las olas, y sobre el mar, en el cielo, había nubes que comenzaron a tronar
muy placenteramente.
Cuando todo estuvo así dispuesto, el Señor Viṣṇu,
quien reside en el corazón de toda entidad viviente, apareció en la oscuridad de
la noche como la Suprema Personalidad de Dios ante Devakī, quien parecía también como una de las
semidiosas. La aparición del Señor Viṣṇu en ese entonces puede equipararse a la
Luna llena cuando surge en el horizonte oriental. Pudiera presentarse la objeción de que como el Señor Kṛṣṇa apareció en el octavo día de la luna
menguante, no podía haber Luna llena ese día. En respuesta a
esto podemos decir que el Señor Kṛṣṇa apareció en la dinastía que está en la jerarquía de la Luna; en consecuencia, aunque esa Luna
llena estaba incompleta, como el Señor apareció en la dinastía en que la Luna misma es la persona original,
la Luna se encontraba en una condición desbordante de júbilo, y así, por la
gracia de Kṛṣṇa, pudo aparecer tal como una Luna llena.
En un tratado de astronomía llamado Khamānikya,
se describe con mucha exactitud la posición de las constelaciones en el momento
de la aparición del Señor Kṛṣṇa. Está confirmado que el niño que nació en aquél auspicioso momento
era el Brahman Supremo, o la Verdad Absoluta. Vasudeva vio a
aquella maravillosa criatura, nacida como un niño de cuatro brazos, sosteniendo
la caracola, la maza, el disco y la flor de loto. Estaba adornado con la marca
Śrīvatsa, luciendo el collar enjoyado con una piedra kaustubha. Vestía de seda
amarilla, y se veía deslumbrante como una nube negruzca de intenso brillo;
llevaba un yelmo adornado con la piedra vaidūrya, y valiosos brazaletes,
pendientes y otros ornamentos similares en todo Su cuerpo, y tenía una
abundante cabellera. Vasudeva quedó maravillado ante las extraordinarias
características del niño. ¿Cómo podía un niño recién nacido estar adornado de
este modo? Él pudo comprender que ahora el Señor Kṛṣṇa había aparecido, y quedó sobrecogido por el
suceso. Vasudeva se preguntaba muy humildemente que, aunque él era una entidad
viviente ordinaria, condicionada por la naturaleza material, y se encontraba exteriormente
encarcelado por Kaṁsa, por qué la omnipresente Personalidad de Dios, Viṣṇu o Kṛṣṇa,
aparecía como un niño en su casa, exactamente en Su posición original. Ningún niño terrenal nace con
cuatro brazos, adornado con ornamentos y bellos atavíos, plenamente
equipado con todos los signos de la Suprema Personalidad de Dios. Una y otra
vez, Vasudeva miró a su hijo y pensó en la manera de celebrar ese momento
propicio: «Generalmente, cuando nace un hijo varón —pensó él—, la gente celebra
la ocasión jubilosamente; y ahora, aunque estoy encarcelado, la Suprema
Personalidad de Dios ha nacido en mi hogar. ¡Cuántos millones de millones de
veces debía estar preparado para observar esta propicia ceremonia!».
Cuando Vasudeva —quien también recibe el nombre
de Ānakadundubhi— miraba a su bebé recién nacido, se sentía feliz, que deseaba
dar muchos miles de vacas como caridad a los brāhmaṇas. Según el sistema
védico, siempre que en palacio de un rey kṣatriya hay una ceremonia propicia, el rey da
muchas cosas a manera de caridad. A los brahmanas y sabios se les da vacas
decoradas con ornamentos de oro. Vasudeva deseaba llevar a cabo una ceremonia
de caridad para celebrar la aparición de Kṛṣṇa, pero como se encontraba
encadenado dentro de las murallas de la prisión de Kaṁsa, esto no le era
posible. En vez de eso, en su mente, Vasudeva hizo entrega de miles de vacas a
los brāhmaṇas.
Al Vasudeva convencerse de que el recién nacido
era la Suprema Personalidad de Dios Mismo, se postró en el suelo con las manos
juntas y comenzó a ofrecerle sus oraciones. En ese momento, Vasudeva se encontraba
en la posición trascendental, y por ello quedó completamente libre de todo el
temor que le tenía a Kaṁsa. Además, con Su refulgencia, el recién nacido inundaba
de luz el cuarto donde apareció.
Vasudeva ofreció entonces sus oraciones: «Mi
querido Señor, puedo comprender quién eres. Tú eres la Suprema Personalidad de
Dios, la Superalma de todas las entidades vivientes, y la Verdad Absoluta. Tú
has aparecido en Tu propia forma eterna, que nosotros percibimos directamente.
Entiendo que, como yo le temo a Kaṁsa, Tú has aparecido tan sólo para liberarme
de ese temor. Tú no perteneces a este mundo material; Tú eres la misma persona
que causa la manifestación cósmica tan sólo lanzándole una mirada a la
naturaleza material».
Es posible que alguien arguya que la Suprema
Personalidad de Dios, quien crea toda la manifestación cósmica con tan sólo Su
mirada, no puede entrar en el vientre de Devakī, la esposa de Vasudeva. Para
erradicar este argumento, Vasudeva dijo: «Querido Señor mío, no es tan
maravilloso que Tú aparezcas en el vientre de Devakī, porque la creación
también fue hecha de esa manera. Tú yacías en el océano Causal como Mahā-Viṣṇu, y Tu respiración trajo a la
existencia innumerables universos. Después, Tú penetraste en cada uno de estos universos como
Garbhodakaśayī Viṣṇu. Luego, Te expandiste como Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu y entraste en el
corazón de todas las entidades vivientes, e incluso
en los átomos. Así pues, Tu entrada en el vientre de Devakī puede
entenderse de la misma manera. Aunque das la impresión de haber entrada en él,
Tú eres simultáneamente omnipresente. Mediante ejemplos materiales podemos
comprender cómo entras y cómo no entras. El total de la energía material
permanece intacto aún después de haber sido dividido en dieciséis elementos. El
cuerpo material no es sino la combinación de los cinco elementos burdos:
tierra, agua, fuego, aire y éter. Siempre que aparece un cuerpo material,
tenemos la impresión de que esos elementos han sido creados recientemente, pero
en verdad los elementos siempre existen fuera del cuerpo. Así, aunque Tú
apareces como un niño en el vientre de Devakī, también existes fuera de ella.
Tú estás siempre en Tu morada, pero aun así puedes expandirte en millones de
formas.
«Uno tiene que comprender Tu aparición con gran
inteligencia, porque la energía material también emana de Ti. Tú eres la fuente
original de la energía material, al igual que el Sol es la fuente de la luz
solar. La luz del Sol no puede cubrir el globo solar, como tampoco puede la energía
material cubrirte a Ti, siendo una emanación tuya. Tú apareces para estar bajo
la influencia de las tres modalidades de la energía material, pero éstas en
realidad no pueden cubrirte. Esto lo comprenden los filósofos sumamente intelectuales.
En otras palabras, aunque Tú pareces estar dentro del ámbito de la energía
material, la energía material jamás Te cubre.» –Cap. 3/ Kṛṣṇa la Suprema Personalidad de Dios.