lunes, 3 de septiembre de 2018

Celebración
Janmāșṭamī es un ayuno hasta después de la media noche cuando se celebra el ārati del nacimiento del Señor. Durante el día los devotos cocinan y hacen ofrendas de las preparaciones, en el último ārati es la ofrenda mayor, se trata de ofrecer unas 108 preparaciones. En la noche cuando se reúnen los devotos hay lectura de los capítulos que narran Su aparición de Śrī Kṛṣṇa del libro Kṛṣṇa: la Suprema Personalidad de Dios.

3 / El nacimiento del Señor Kṛṣṇa
“Tal como se afirma en El Bhagavad-gītā, el Señor dice que Su aparición, nacimiento y actividades con todos trascendentales, y que quien los comprende realmente, de inmediato se vuelve merecedor de ser transferido al mundo espiritual. La aparición o nacimiento del Señor no es como el nacimiento de un hombre ordinario, que se ve forzado a aceptar un cuerpo material acorde con sus acciones pasadas. La aparición del Señor se explica en el Segundo Capítulo: el Señor aparece conforme lo desee. Cuando llegó el momento de la aparición del Señor, las constelaciones se volvieron muy auspiciosas. Además de la situación apropiada de las estrellas, también era resaltante la influencia astrológica de la estrella conocida como Rohiṇī, porque a esta estrella se le considera muy propicia. Rohiṇī se encuentra bajo la supervisión directa de Brahmā. De acuerdo con la conclusión astrológica, hay momentos propicios y momentos desfavorables, debido a las distintas situaciones de los diferentes sistemas planetarios. Cuando Kṛṣṇa nació, los sistemas planetarios se ajustaron automáticamente, de manera que todo fuera auspicioso.
En aquél tiempo había una atmósfera de paz y prosperidad en todas partes y en todas las direcciones: Este, Oeste, Sur y Norte. Había estrellas propicias visibles en el cielo; y en la Tierra, en todos los pueblos y aldeas y en los pastizales, y dentro de las mentes de todos los hombres, había signos de buena fortuna. Los ríos fluían rebosantes y los lagos estaban bellamente decorados con flores de loto. Los bosques abundaban en aves preciosas y pavos reales. Todos los pájaros de los bosques comenzaron a cantar dulcemente, y los pavos reales comenzaron a bailar en compañía de sus consortes. El viento soplaba muy agradablemente llevando el aroma de diferentes flores, y la sensación del tacto era muy placentera. Los brāhmaṇas, acostumbrados a ofrecer sacrificios en el fuego, descubrieron que sus hogares eran lugares muy placenteros para realizar las ofrendas. Debido a los disturbios creados por los reyes demoníacos, el altar del fuego para los sacrificios había sido casi suprimido en las casas de los brāhmaṇas, pero ahora ellos podían encontrar la oportunidad de volver a encender el fuego pacíficamente. Como estaba prohibido ofrecer sacrificios, los brāhmaṇas se encontraban muy afligidos en sus actividades, mente e inteligencia, pero justo en el momento de la aparición de Kṛṣṇa, automáticamente sus mentes de inundaron de alegría porque en el cielo se oían fuertes vibraciones de sonidos trascendentales que anunciaban la aparición de la Suprema Personalidad de Dios.
Los habitantes de los planetas Gandharva y Kinnara comenzaron a cantar, y los habitantes de Siddhaloka y de los planetas de los cāraṇas ofrecieron oraciones para servicio de la Personalidad de Dios. En los planetas celestiales, los ángeles y sus esposas, acompañados por los vidyādharas, se pusieron a bailar.
Complacidos, los grandes sabios y los semidioses enviaron lluvias de flores. En las playas se oía el suave ir y venir de las olas, y sobre el mar, en el cielo, había nubes que comenzaron a tronar muy placenteramente.
Cuando todo estuvo así dispuesto, el Señor Viṣṇu, quien reside en el corazón de toda entidad viviente, apareció en la oscuridad de la noche como la Suprema Personalidad de Dios ante Devakī, quien parecía también como una de las semidiosas. La aparición del Señor Viṣṇu en ese entonces puede equipararse a la Luna llena cuando surge en el horizonte oriental. Pudiera presentarse la objeción de que como el Señor Kṛṣṇa apareció en el octavo día de la luna menguante, no podía haber Luna llena ese día. En respuesta a esto podemos decir que el Señor Kṛṣṇa apareció en la dinastía que está en la jerarquía de la Luna; en consecuencia, aunque esa Luna llena estaba incompleta, como el Señor apareció en la dinastía en que la Luna misma es la persona original, la Luna se encontraba en una condición desbordante de júbilo, y así, por la gracia de Kṛṣṇa, pudo aparecer tal como una Luna llena.
En un tratado de astronomía llamado Khamānikya, se describe con mucha exactitud la posición de las constelaciones en el momento de la aparición del Señor Kṛṣṇa. Está confirmado que el niño que nació en aquél auspicioso momento era el Brahman Supremo, o la Verdad Absoluta. Vasudeva vio a aquella maravillosa criatura, nacida como un niño de cuatro brazos, sosteniendo la caracola, la maza, el disco y la flor de loto. Estaba adornado con la marca Śrīvatsa, luciendo el collar enjoyado con una piedra kaustubha. Vestía de seda amarilla, y se veía deslumbrante como una nube negruzca de intenso brillo; llevaba un yelmo adornado con la piedra vaidūrya, y valiosos brazaletes, pendientes y otros ornamentos similares en todo Su cuerpo, y tenía una abundante cabellera. Vasudeva quedó maravillado ante las extraordinarias características del niño. ¿Cómo podía un niño recién nacido estar adornado de este modo? Él pudo comprender que ahora el Señor Kṛṣṇa había aparecido, y quedó sobrecogido por el suceso. Vasudeva se preguntaba muy humildemente que, aunque él era una entidad viviente ordinaria, condicionada por la naturaleza material, y se encontraba exteriormente encarcelado por Kaṁsa, por qué la omnipresente Personalidad de Dios, Viṣṇu o Kṛṣṇa, aparecía como un niño en su casa, exactamente en Su posición original. Ningún niño terrenal nace con cuatro brazos, adornado con ornamentos y bellos atavíos, plenamente equipado con todos los signos de la Suprema Personalidad de Dios. Una y otra vez, Vasudeva miró a su hijo y pensó en la manera de celebrar ese momento propicio: «Generalmente, cuando nace un hijo varón —pensó él—, la gente celebra la ocasión jubilosamente; y ahora, aunque estoy encarcelado, la Suprema Personalidad de Dios ha nacido en mi hogar. ¡Cuántos millones de millones de veces debía estar preparado para observar esta propicia ceremonia!».
Cuando Vasudeva —quien también recibe el nombre de Ānakadundubhi— miraba a su bebé recién nacido, se sentía feliz, que deseaba dar muchos miles de vacas como caridad a los brāhmaṇas. Según el sistema védico, siempre que en palacio de un rey katriya hay una ceremonia propicia, el rey da muchas cosas a manera de caridad. A los brahmanas y sabios se les da vacas decoradas con ornamentos de oro. Vasudeva deseaba llevar a cabo una ceremonia de caridad para celebrar la aparición de Kṛṣṇa, pero como se encontraba encadenado dentro de las murallas de la prisión de Kasa, esto no le era posible. En vez de eso, en su mente, Vasudeva hizo entrega de miles de vacas a los brāhmaṇas.
Al Vasudeva convencerse de que el recién nacido era la Suprema Personalidad de Dios Mismo, se postró en el suelo con las manos juntas y comenzó a ofrecerle sus oraciones. En ese momento, Vasudeva se encontraba en la posición trascendental, y por ello quedó completamente libre de todo el temor que le tenía a Kaṁsa. Además, con Su refulgencia, el recién nacido inundaba de luz el cuarto donde apareció.
Vasudeva ofreció entonces sus oraciones: «Mi querido Señor, puedo comprender quién eres. Tú eres la Suprema Personalidad de Dios, la Superalma de todas las entidades vivientes, y la Verdad Absoluta. Tú has aparecido en Tu propia forma eterna, que nosotros percibimos directamente. Entiendo que, como yo le temo a Kaṁsa, Tú has aparecido tan sólo para liberarme de ese temor. Tú no perteneces a este mundo material; Tú eres la misma persona que causa la manifestación cósmica tan sólo lanzándole una mirada a la naturaleza material».
Es posible que alguien arguya que la Suprema Personalidad de Dios, quien crea toda la manifestación cósmica con tan sólo Su mirada, no puede entrar en el vientre de Devakī, la esposa de Vasudeva. Para erradicar este argumento, Vasudeva dijo: «Querido Señor mío, no es tan maravilloso que Tú aparezcas en el vientre de Devakī, porque la creación también fue hecha de esa manera. Tú yacías en el océano Causal como Mahā-Viṣṇu, y Tu respiración trajo a la existencia innumerables universos. Después, Tú penetraste en cada uno de estos universos como Garbhodakaśayī Viṣṇu. Luego, Te expandiste como Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu y entraste en el corazón de todas las entidades vivientes, e incluso en los átomos. Así pues, Tu entrada en el vientre de Devakī puede entenderse de la misma manera. Aunque das la impresión de haber entrada en él, Tú eres simultáneamente omnipresente. Mediante ejemplos materiales podemos comprender cómo entras y cómo no entras. El total de la energía material permanece intacto aún después de haber sido dividido en dieciséis elementos. El cuerpo material no es sino la combinación de los cinco elementos burdos: tierra, agua, fuego, aire y éter. Siempre que aparece un cuerpo material, tenemos la impresión de que esos elementos han sido creados recientemente, pero en verdad los elementos siempre existen fuera del cuerpo. Así, aunque Tú apareces como un niño en el vientre de Devakī, también existes fuera de ella. Tú estás siempre en Tu morada, pero aun así puedes expandirte en millones de formas.

«Uno tiene que comprender Tu aparición con gran inteligencia, porque la energía material también emana de Ti. Tú eres la fuente original de la energía material, al igual que el Sol es la fuente de la luz solar. La luz del Sol no puede cubrir el globo solar, como tampoco puede la energía material cubrirte a Ti, siendo una emanación tuya. Tú apareces para estar bajo la influencia de las tres modalidades de la energía material, pero éstas en realidad no pueden cubrirte. Esto lo comprenden los filósofos sumamente intelectuales. En otras palabras, aunque Tú pareces estar dentro del ámbito de la energía material, la energía material jamás Te cubre.» –Cap. 3/ Kṛṣṇa la Suprema Personalidad de Dios.

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